Exposición temporal

Pedro González, de los Icerses al Cosmoarte

Tras su regreso a Tenerife desde Venezuela en 1961, Pedro González (La Laguna, 1927 – 2016) afrontó un profundo estudio teórico y plástico en su obra, en parte ya anticipado en los lienzos y dibujos realizados a finales de los 50. Espacio, línea y forma se imponían como elementos vertebradores en su nuevo lenguaje. Fruto de esa investigación surgió, en los primeros sesenta, la poética del icerse, inquietantes volúmenes cuyo nombre remite a una zona de Candelaria donde el pintor había adquirido una finca, pero que en esencia bucean en la abstracción, en la masa liberada de referencia alguna que ocupa el espacio complejo del lienzo. Luego, a partir de la mitad de esa década, aquellas manchas grises de los icerses, esas pinturas “al borde del silencio” (como las describió José Hierro en 1968, en una época en la que la obra de González encuentra una significativa acogida en salas y galerías madrileñas), se ven de repente transformadas mediante la incorporación de gruesos trazos expresionistas, dibujando las líneas elementales de los extraños cuerpos que habitan sus cosmoartes; indagación pictórica ésta que va a extender durante más de veinte años y a la que, sin olvidar la preocupación por el espacio, incorporará nuevas soluciones compositivas, de color y aprovechamiento de las veladuras, así como su interés por el barroco y, en general, por la historia del arte.

Treinta años más tarde de sus primeros icerses, Pedro González se reencontró con ellos hacia 1992, desarrollando entonces una serie de icerses-construcción, y volvería luego a reinterpretarlos, aunque, en realidad, esa mancha flotante semitransparente del icerse –que marca el arranque de una importante época de renovación cultural en la isla al tiempo que el de una de las trayectorias más influyentes del arte canario del siglo XX–, se mantuvo en toda su obra como elemento básico, forma matriz a partir de la cual reconstruir bodegones, mares o cuerpos, y sustentar, en definitiva, el particular lenguaje de su pintura.

Eliseo G Izquierdo